El Pirata Loro, aparte de ser un gran bocazas, como su intrépido seudónimo, por sus palabras sin filtro, como sus esplendorosas batallas, como su vocabulario para alardear de la mas simple batalla y hacerla una batalla digna de cualquier pirata de varios aros.
Fue con su pobre tripulación a una isla con indígenas que guardaba las riquezas de lo que fueron años en su vida y su tierra.
Tras la pelea, entre armas blancas y primitivas y al filo de la espada, se hizo con el tesoro que estaba ofrecido por los indígenas a sus dioses.
Muchos fueron heridos, pero el orgullo creció de la boca hasta ir en oídos de los indígenas que les retumbo del Pirata Loro.
Y se fue ni dejando el eco de sus palabras solo unos indígenas con los dioses enfurecidos.
Y sus mas simples propiedades ahí puestas.
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