Tú me odias cada vez que me pasa ahora desgracia te ríes si es psicológica o emocional la pones como si sería una aberración.
Si el problema es físico no me ayudas a recuperarme más bien me ignoras mis heridas y si puedes me arañas más hasta que quede inservible.
Pues te voy a contar un secreto que no debes de conocer soy una persona igual que tú ni uno de los mismos derechos tuyos me quitas a mí.
Persona agridulce como el cerdo salteado con patatas bravas pues no sabes más estar medio feliz me dio contento y saltar con comentarios sin sentido e hirientes.
Justificame un acto tuya ante mí y te diré que has hecho a la piedra a tu propio tejado.
Daño me has hecho cada vez que me has gritar por no escuchar mis palabras ahora las escribo y aún así no te enterarás de lo que digo.
Maldita sea mi voz que no da con el tono para que me escuchen solo puedo escribir para que me entiendan y aún así debo de ser muy cuidadoso porque a nada que escribo ni siquiera el teclear a dictar por voz hay que ser preciso y hoy en día no te puedes equivocar en ninguna palabra.
En definitiva poca gente sabe escuchar y no es lo mismo que oír soy ruidos y escuchar son palabras.
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